Innovar

6 Posted by - 24 junio, 2013 - Innovación

Innovación…..palabra de moda hoy en día. Decía Einstein que la necesidad es la madre de la innovación y los tiempos que ahora nos han tocado vivir, son de necesidad, por lo que cada día innovamos para resolver problemas, aunque la mayoría de las veces no seamos conscientes de ello.

Parece que sólo vemos lo que estamos preparados para ver. Nuestro cerebro  reticular recibe millones de ínputs o datos del exterior cada día. Estos datos llegan a nuestro subconsciente y ahí se filtra la información. En función de los filtros que tengamos cada uno, así veremos la realidad, cada uno a su manera.

Para poder innovar, deberemos identificar los filtros que están actuando y para ello, necesitamos desaprender y generar nuevas preguntas. ¿Cómo hacemos este proceso? Mirando a nuestro hemisferio derecho, activándolo y cambiando las preguntas, formulándolas de hasta diez maneras distintas. Así podremos cambiar la realidad y como consecuencia innovar en nuestra vida.

Ver más o menos, es cuestión de flexibilidad mental. Sí no nos interesa algo de una manera muy especial, nunca lo lograremos ver” Gumán López.

Un concepto todavía poco común en España pero que está  presente en otros países como  Inglaterra es el concepto de “serendipia”. Cuando un inglés encuentra algo que no estaba buscando por casualidad sabe que acaba de tener una serendipia.

Y es que de eso trata este concepto tan extraño. La serendipity no encaja dentro de algo que vas buscando sino en todo lo contrario. Si vas a un museo a ver una nueva exposición y sales de allí con un nuevo trabajo o con tu media naranja, eso es serendipity. Es decir, un hallazgo feliz y completamente inesperado.

El ejemplo más conocido de esto se da con la invención del Post – It.

Dicen que Art Fry, empleado de 3M -una de las empresas más creativas del mundo-, manejaba una gran cantidad de pegamento en su trabajo. Un día, los cálculos fallaron y todo salió mal. El resultado fue un pegamento que apenas pegaba. Todo un fracaso para el pobre Fry. Pensó en un posible despido o en la bronca que le caería de parte de su jefe. Era algo que desde luego no entraba en sus planes. Pensando en ello lo conectó con otra situación a la que se estaba enfrentando desde hacía tiempo. Fry cantaba en la iglesia de su barrio y siempre andaba con papelitos para separar las canciones. Papelitos que siempre se le caían, lo cual era bastante incómodo para él. La conexión fue clara: usar ese pegamento que apenas pegaba para sujetar, de manera temporal, sus separadores en el libro de partituras. Lo probó y funcionó. Esto le dio la genial idea de probarlo también en el trabajo. Si le había funcionado en su vida privada, ¿por qué no ver qué pasaba en su departamento?
Esto fue seguramente la mejor idea de toda su vida ya que lo hizo millonario y hoy, probablemente, sea uno de los productos más conocidos de 3M. Todo fue por un error, sí, pero también gracias a la mente de ese trabajador que no se conformó con solucionar su pequeño problema de canto.

La serendipity funciona así. Pero no nos equivoquemos, no podemos dejarlo todo al azar, a la casualidad. La parte azarosa de todo esto reside en los estímulos. Ellos son los que nos están bombardeando continuamente a lo largo del día. Depende del caso que les hagamos tendremos más o menos éxito en nuestra empresa.

 

 

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