Gestión espiritual en la empresa: un cambio de actitud y de resultados

50 Posted by - 23 mayo, 2018 - Blog, Motivación

Sabiduría y Liderazgo.

La diferencia sustancial que supone incluir el trabajo espiritual en un programa de humanización empresarial.

La VII Encuesta de Adecco sobre “La Felicidad en el Trabajo” en la que se ha entrevistado a más de 3500 trabajadores españoles, revela que el 64% de ellos estaría dispuesto a sacrificar salario en beneficio de su felicidad laboralEs decir, un buen salario es un factor importante, pero no es el único. Quienes se sienten más satisfechos son aquellos que valoran más los aspectos intrínsecos del trabajo -también llamado el salario emocional; es decir, hacer algo que a uno le gusta, que esté en línea con sus capacidades y valores y que le permita establecer relaciones sanas con los demás. En otras palabras, un trabajo en el que pueda disfrutar, fluir y encontrar un sentido y un propósito.

Para comprobar todo aquello no tenemos más que mirar a nuestro alrededor. De hecho, observando la realidad de hoy, podemos concluir rápidamente en que las personas no están satisfechas con un trabajo que simplemente les permita pagar el alquiler, cambiar el coche cada cierto tiempo o salir de vacaciones una vez al año. O sí, pero la mayoría de ellos se ha dado cuenta de que todo aquello supone cuestiones efímeras y, por ello, son cada vez más quienes buscan desconectarse del ruido y trascender los límites de la individualidad y el exitismo, para conseguir una vida personal, social y laboral más plena y con más sentido.

No obstante, como bien nos señala Ana Isabel Delgado Cánovas, creadora de H2O Organizaciones y Personas, muchas veces cuando los directivos deciden tomar acción para promover el bienestar laboral, consideran el plano físico, mental y emocional de las personas, pero suelen omitir la dimensión espiritual. Sin embargo, ella misma suscribe que sólo es cuestión de explicar la importancia, el impacto y la diferencia sustancial que supone incluir el trabajo espiritual en un programa de humanización empresarialA propósito de esto, Andrew Cohen, un filósofo y guía espiritual estadounidense, señaló mientras daba un curso de liderazgo:

“Para cambiar el mundo y para participar en su evolución, cada individuo tiene que abrir sus propias fronteras. Y cuando lo hace se da cuenta que la evolución se está produciendo a través de él; que no es algo que está fuera, sino que tiene que ver con cada uno de nosotros”.

Y no podemos concebir esa evolución sin espiritualidad. De hecho, todas las personas tenemos una inteligencia espiritual o primordial que se fundamenta en nuestros valores más profundos y es la brújula para la actuación de nuestra inteligencia racional y emocional. Es decir, mientras nuestra racionalidad actúa en el corto plazo para resolver un problema o realizar una actividad, y nuestra emocionalidad actúa en el corto y mediano plazo en la relación con uno mismo y con los demás, nuestra inteligencia espiritual representa el para qué de lo que hacemos; es la que nos conecta con nuestra intuición; con nuestra voz interior. Es cuando no la desarrollamos que nos sentimos insatisfechos y frustrados porque esperamos que todo venga de fuera.

Por ejemplo, en el mundo de la empresa, los líderes de gestión toman decisiones todo el tiempo y están en posición de privilegio para inspirar y contagiar a los demás -o todo lo contrario-. No obstante, si el para qué del líder -es decir, su inteligencia espiritual- está alineada con el para qué de la organización -es decir, su misión y valores- entonces se crea un marco de actuación óptimo en el que confluyen la consciencia individual y la mentalidad de servicio, con la consciencia empresarial y la utilidad del proyecto.

Este escenario es ideal para cualquier empresa y supone un único principio coherente.

Un proceso inicial de profunda introspección para que cada uno pueda comprenderse, aceptarse, conectar con toda su sabiduría interior y desarrollar su inteligencia espiritual o, como bien la hemos llamado párrafos antes, su inteligencia primordial.

En definitiva, ese para qué de las personas está íntimamente relacionado con el sentido de su aportaciónindependientemente del contexto en el que lo haga. Específicamente en la empresa, que es el ámbito que nos concierne en este artículo, marca esa diferencia sustancial entre tener un empleo -que supone cumplir un horario y prestar servicios a cambio de una remuneración económica- o querer lo que hace en su trabajo –que aunque también implica el horario y la remuneración, los trasciende. Es decir, las personas sienten que su aportación tiene sentido para ellas, para la empresa, para la sociedad y para todo el ecosistema de los que son parte.

Tomando como premisa todas las cuestiones que hemos venido mencionando, nuestra especialista ha diseñado esta formación de Sabiduría y Liderazgo. Su objetivo es facilitar este cambio de paradigma interno hacia la humanización; es acercar la espiritualidad a la empresa desde un prisma humanista, gestionando el cambio del entorno desde el cambio y la sabiduría interior de cada persona.

¿Cómo lo hace? Algunos de los abordajes de esta formación, por ejemplo, tienen que ver con:
  • La gestión del miedo.
  • La sabiduría según el Tao.
  • El Dharma.
  • El poder de la presencia y de la intención.
  • La obstaculización que el ego supone para la felicidad.
  • La conexión con el silencio, con la respiración y la meditación.
  • Liderazgo consciente.

De esta forma, la humanización empresarial y el desarrollo de la inteligencia espiritual de las personas es la respuesta, entre otras cosas, que podría resolver la insatisfacción de ese 64% de trabajadores que arrojaba la encuesta que citábamos al iniciar el escrito.

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